Historia del Zellige marroquí

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Definición

La palabra "zellige" deriva del árabe الزليج   (al zulaycha)  que significa "pequeña piedra pulida". Se escribe a veces zillij o zellij. Esta técnica ornamental típica de la arquitectura del Magreb consiste en ensamblar fragmentos de terracota vidriada de distintos colores para crear un diseño geométrico. Los fragmentos son a veces tan finos que parecen incrustaciones de cerámica.

¿Por qué "pequeña piedra pulida"? Debido a que el objetivo al principio era imitar los mosaicos greco-romanos de África del Norte, no por la unión de trozos de mármol pulido ("teselas"), sino de fragmentos de baldosas barnizadas. ¡Es obvio que requiere menos esfuerzo cortar una baldosa de cerámica que pulir piezas de mármol procedentes de fuentes distantes! La palabra "zellige", pues, comparte la misma etimología que la palabra azulejo utilizada en España y Portugal.

La representación de seres humanos o de animales, era en general prohibida en el arte islámico. Esto explica el desarrollo de este arte decorativo regido por la geometría. Formas geométricas básicas como cuadrados, diamantes, triángulos, estrellas, cruces, y otros polígonos, se combinan entre sí según estrictos patrones matemáticos. Estos patrones se cruzan y se repiten sin cesar.

Historia

El arte del zellige nace en Marruecos en el siglo décimo, en tonos blancos y marrones, en imitación de mosaicos romanos. Aunque los Romanos ya no ocupan el sitio desde siglos, dejaron numerosos vestigios. Este arte estará entonces enriquecido continuamente con las aportaciones de las distintas dinastías que se sucedieron en Marruecos y en al-Andalus, la parte de España bajo dominio musulmán: los Almorávides del desierto, los Almohades en el Alto Atlas, y por último pero no menos importante, en el siglo XIV, los Meriníes, bereberes originalmente nómades. Durante estos 4 siglos de intercambio, las ciencias y las artes se desarollan considerablemente. La arquitectura y la decoración alcanzan entonces su más alto nivel de sofisticación y los zelliges invaden las paredes internas de todos los palacios, tumbas, fuentes, patios, baños de vapor. Los colores están diversificándose con la aparición del azul, verde y amarillo. El rojizo apareciendo en el siglo XVII.

¿Dónde ver zelliges?

Se puede ver maravillosos ejemplos de zelliges en el palacio de la Alhambra de Granada (siglo XIV), en la Medersa el-Attarine de Fez (siglo XIV), la Fuente Nejjarine en Fez, en la Tumba de Moulay Ismail en Meknes (1700), la Madraza Ben Youssef en Marrakech (siglo XVI), y más recientemente, en la Kasbah Telouet (siglo XIX). Esta tradición sigue viva como lo demuestra la Mezquita de Hassan II en Casablanca que abrió sus puertas en 1993.

Método de producción

Crear patrones de zellij es un arte que requiere conocimientos en matemática y en geometría. Muchos autores han detallado las reglas geométricas utilizadas, y también su simbolismo (véase "Bibliografía"). La fabricación de los zelliges es una obra de paciencia y de precisión; moviliza una fuerza de trabajo amplia y experimentada.

En primero, las baldosas de terracota se vidrian por un lado. Son los persas quienes en el siglo IX descubrieron que el óxido de estaño añadido a una cubierta la hace opaca. Este esmalte estannífero opaco permite la fabricación de azulejos de colores con los mismos pigmentos metálicos utilizados para colorear el vidrio. Durante el Renacimiento europeo esta loza se llamó "faience" porque la ciudad de Faenza en Italia fue un importante centro de producción de mayólica.

Luego, el corte se realiza en 3 pasos: el dibujo de la forma con un pincel sobre la baldosa esmaltada (cuadrado, estrella, triángulo, etc.), el corte manual de la forma mediante el uso de un martillo afilado ("menqach"), y finalmente el biselado de los bordes con un martillo más pequeño.

El diseño final se prepara por un "maestro de zellige" que detalle en un dibujo cómo ensamblar las formas y los colores. Los fragmentos cortados se combinan boca abajo sobre un suelo liso, con juntas lo más fino posible. Cuando el conjunto está completo, todas las teselas son fijadas por un mortero en el que se sella barras de hierro para asegurar la solidez. Una vez que el mortero está seco, la placa formada de esta manera se eleva y se fija en las paredes.